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¡Atención!

Los hechos y los personajes de la siguiente historia pertenecen a la ficción. cualquier semejanza a la realidad es pura coincidencia.

4. Jugando con los sentimientos. Parte 3


--------------Narra Alex---------

¿Quién habría hecho mi maleta a la perfección? Estaba todo lo que necesitaba, pijama, cepillo de dientes, ropa de calle… estaba todo, hasta mi secador de pelo. Nos avisaron co poca antelación lo de la misión y yo según Deborah estaba ‘estresada’
Tomé una ducha refrescante y me puse el pijama de verano, unos pantalones cortos, demasiado cortos y una camiseta de tirantes fina. Dejaba ver bastante mi piel. Me daría vergüenza salir así por los pasillos y que Jack… West o incluso el cerdo de Joey me vieran así, pero de todas formas, no pensaba salir de la habitación.
Isabelle entró por la puerta algo nerviosa, y cuando me vio de pie peinando mi largo cabello, se asustó.

-¿Te pasa algo? –pregunté frunciendo el ceño.

-No… en absoluto, es que pensé que estarías dormida. –contestó sin más.

-Tenía ganas de una ducha. Ya tengo el pijama puesto y creo que dormiré un poco, estoy agotada –cogí unos pantalones suaves con estampado de ositos, una camiseta de tirantes que hacía juego con él y se lo lancé- imagino que no tendrás ningún pijama. Ponte esto. Imagino que ya habéis cenado.

-Si… eh… Tú no bajaste –dijo ella en tono preocupada.

-No tenía hambre de todas formas –camine hacia la terraza que había, abrí la puerta y salí para verlas vistas que antes no había visto.
Un hermoso jardín lleno de arbustos co formas de personas, flores por todas partes y un camino hacia una fuente en medio. Muy bonito… si si.

-No termino de acostumbrarme –oí decir a Isabelle, quien ya se había cambiado.

-¿A que te refieres? –pregunté.

Ella señaló sus pechos con la mano.

-No están tan mal, yo diría que tienes de talla 90, igual que Christal.

-Pero… no se yo aún pienso que tengo 13 años, no 16.
-De aquí a una semana verás que eso ya no te importará –tras decir esto ella salió de la habitación con una leve sonrisa.


--------------Narra Christal-----------

-¡NADA! ¡Absolutamente nada! –poco más y soltaba un grito.

Me levanté de la silla y camine hacia la estantería, estaba en la biblioteca para estar sola, pero no había éxito, West estaba conmigo.
Había leído una y otra vez los informes que West me dio, si esos eran los últimos, entonces no había nada más que pudiera hacer.
Cogí las hojas y las lancé al suelo rápidamente. West se quedó mirando las hojas un momento y luego las señalo.

-Se te han caído –fue lo único que dijo.

Me dí la vuelta y me apoyé sobre el escritorio. ¿Y ahora que? Ya no había oportunidad, si le costó conseguir este informe, el autentico sería casi imposible obtener. Además de que no sabíamos dónde podría estar.

-Me rindo…

-Aún puedes preguntarle a Alex –contestó él, cómo si no se me hubiese ocurrido.

-Nunca me lo dirá… -tras echar un vistazo a todo… el libro estaba entre los papeles-  ¡Claro! Puedo… puedo decirle que si no me dice lo que quiero saber le contaré todo lo que dice el libro y…

-Y de esta forma te odiará por chantajearla, ¿De verdad serías tan cruel cómo para hacer eso?

-Con Alex no puedo… entonces ahora sí que me rindo.

Me rodeo por detrás y me abrazó, sentí su respiración en mi mejilla, sus manos me rodeaban la cintura. Por un momento me sentí a gusto.

-Entonces ahora si podemos… -comenzó a decir él.

-West… haber como te lo digo… no eres mi tipo –dije sin más.

-¿Qué…? –preguntó él, entonces dejo de abrazarme y me dio la vuelta para mirarme.

-Es que… no se… a mi me gusta acosar no que me acosen… -no sé como se me ocurrió soltarle eso de repente.

-¿Entonces cuándo piensas acosarme? –preguntó él con tono triste.

-Eso no es lo único… tú eres un uve y yo soy Carmesí… eres muy amable, guapo, estás muy bueno y todo eso pero no quiero nada contigo. Con que seas un amigo me basta y además… -no llegué a terminar la frase ya que enseguida me besó.
No era la primera vez que me besaba, lo había hecho antes y la verdad es que me gustaban sus besos, eran calidos y me sentía a gusto. La verdad… no se que problema tenía yo con no poder salir con él, como le había dicho, él era muy amable, muy guapo… además de que estaba buenísimo… pero… no podía. Mi conciencia me decía que no debía. Mi corazón me decía que no debía… y mi mente decía ‘¡Dale caña!’
Sus manos me rodearon la espalda, y las mías fueron directas a sus mejillas.
No sabría decir cuanto tiempo nos quedamos así, pero no poco. El beso era lento y tierno… suave y dulce. Me gustaba cuando me besaba así.

-¡No se porqué sabía que esta… -dijo Alex abriendo la puerta de golpe.

Nos dejamos de besar y vimos a Alex sorprendida en la puerta. Llevaba puesto su pijama de verano, unos pantalones demasiado cortos color lila y una camiseta de tirantes del mismo color pero más claro.
Nos miraba frunciendo el ceño, primero a West y luego dirigió su mirada hacia mi. West, quien parecía molesto y avergonzado no me soltaba, así que tuve que ser yo la que se soltara. Me alejé de él unos pasos y miré a Alex.

-Debería arreglar esta costumbre mía tan fea de no llamar a la puerta –dijo Alex como si ella misma fuera un caso perdido- Quien sabe que me encontraré la próxima vez.

Tras haber dicho eso, se dio la vuelta y salió de la biblioteca… tenía que hablar con ella.

-Lo siento West… ah… yo tengo que volver –dije rápidamente y salí tras Alex, pero él me cogió de la mano.

-Me lo empezaba a pasar bien –dijo él con una sonrisa.

Nos quedamos mirándonos un momento y en seguida pude seguir mi camino.
Corrí lo más rápido que pude y en el pasillo, encontré a Alex, caminando, no me había percatado de sus pantuflas de peluche, eran tigres.

-¿Qué haces? Vuelve con él –dijo para mi sorpresa, esperaba que se molestara por haber besado a un uve.

-Pero… -en realidad esa no era la razón por la que quería hablar con ella… quería preguntárselo de una vez- es que… verás….

Seguíamos caminando hasta oír una especia de grito ahogado, caminamos de prisa y vimos a Mackayla en medio del pasillo, de pie… con la mirada perdida como si hubiese visto un fantasma. En seguida Alex salió corriendo y yo fui detrás, las dos puertas de esa gran habitación estaban abiertas, y cuando llegamos, lo que vi allí fue como un gran recuerdo horrible.

Selena, Emily y dos chicas a las cueles no conocía de nada… estaban allí en pijama todas, algunas con un camisón de seda como pijama.
Estaba Isabelle, arrodillada en el suelo, rodeada con unas ondas rojas… Selena estaba utilizando su poder, solo de recordarlo me traían recuerdos que había olvidado… es verdad. Comencé a recordar quien era yo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Es que… no se… a mi me gusta acosar no que me acosen…" PUUTTOOOOOONNNNN!!!!!! XDDDDDDDDDD
k no me acoseee!!!!quiero ser borde T_T (mas borde AUN)

Mabi-chan dijo...

Tranquila Nana... llegaras a ser más borde que Alex >.< ya veras ^^

Anónimo dijo...

wwiii la borderiaaa me encantaaaaaaaaaaaa nyajajajajaj